El contrato de alquiler con opción a compra

Alquiler con opción a compra: lo que debes SABER sobre este tipo de contrato, cláusulas que se deben incluir, vigencia, etc.
Alquiler con opción a compra: todo lo que debes saber

El contrato de alquiler con opción a compra es una modalidad de acuerdo que lleva unos años en auge. A continuación, te contamos cuáles son sus peculiaridades y cómo ha de ser un contrato de estas características.

En qué consiste un contrato de alquiler con opción a compra

Pues bien, un contrato de alquiler con opción a compra es un documento en el que el propietario da al inquilino la posibilidad de adquirir el inmueble una vez que finaliza el plazo que se haya estipulado en el contrato de arrendamiento. No obstante, en el caso de que el inquilino consiga antes el dinero que necesita para adquirir la vivienda en propiedad también podría hacerlo. 

Cómo son los contratos de alquiler con opción a compra

Por tanto, al hablar de un contrato de alquiler con opción a compra hablamos de dos contratos diferentes: uno de alquiler y uno de compraventa. En este tipo de contratos es fundamental que se acuerden aspectos como la cantidad a modo de señal que se tendrá que abonar. Por lo general, suele ser el 10% del precio total de compra de la vivienda.

También se tendrá que dejar clara cuál es la cuota mensual del alquiler, así como cuál es el porcentaje que cada mes se destina a descontar de cara a una futura compra. Hay que tener en cuenta que, generalmente, solo es un porcentaje y nunca la totalidad aunque esto siempre se acuerda con el propietario.

Se tendrá que dejar por escrito en el contrato también cuál es el plazo en el que se dará por finalizado el contrato de alquiler y hasta qué momento se tendrá derecho a formalizar la compra del inmueble.

Características de este tipo de contratos

El propietario ha de tener en cuenta en todo momento que una vez se firma el contrato se fija también el precio por el que se vendería el inmueble y esto es algo que no podrá cambiarse en el futuro. Tampoco será posible, durante ese tiempo, vender el piso a terceras personas aunque se pueda recibir una oferta más atractiva. 

Cuando finalice el contrato, el inquilino podrá ejercer o no su derecho a comprar la vivienda. En el contrato se ha de establecer qué se haría con la señal en el caso de que el inquilino no quiera finalmente adquirir la casa.

Aunque no hay un plazo máximo como tal, la LAU fija un periodo de cinco años para que los arrendamientos adquieran la casa. No obstante, si ambas partes están de acuerdo este tiempo podría prorrogarse. Reflejando las condiciones y cantidades restantes por abonar en ese momento.

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