
Una de las disputas más habituales entre exparejas es la de repartir vacaciones en caso de divorcio con los niños. A continuación, te acercamos los principales puntos que debes conocer al respecto.
Repartir vacaciones en caso de divorcio
El reparto de las vacaciones de verano dependerá de si ya existe una sentencia de divorcio o no. Cuando se está en trámites, pero aún no ha llegado, resulta necesario ponerse de acuerdo con la otra parte. Esto puede hacerse entre las partes o mediante los letrados. Por lo general, los periodos suelen ser por quincenas, semanas o meses.
Si ya hay una sentencia de divorcio, o cuentas con un convenio que regule las vacaciones, entonces será más fácil. En la medida de lo posible, se ha de intentar, siempre cuando se está en mitad del proceso de divorcio, que esto quede bien recogido y que no dé lugar a controversias.
En cualquier caso, al final del periodo vacacional el objetivo es que los niños puedan disfrutar el 50% del tiempo con un progenitor y el 50% con el otro.
Cuál es la frecuencia recomendable
Respecto a la frecuencia que puede ser más adecuada o recomendable, habrá que tener en cuenta una serie de aspectos. Son los siguientes.
La edad de los hijos
En niños más pequeños se aconsejan intercambios con mayor frecuencia. Cuando los niños son más pequeños les resulta más extraño estar sin uno de los progenitores mucho tiempo. Por ello, en esta etapa no suelen funcionar los repartos mensuales si lo que se busca es el bienestar del niño.
El lugar de vacaciones, a tener en cuenta para repartir vacaciones en caso de divorcio
Por supuesto, si el lugar de vacaciones de cada uno de los progenitores está relativamente cerca, también será más sencillo hacer un reparto con frecuencias menores.
¿Se necesita permiso para viajar con el menor fuera del país?
Salvo que en el convenio regulador se haya acordado lo contrario, no hará falta una autorización del otro progenitor para viajar fuera del país. Si bien es cierto que siempre la otra parte tendrá que comunicar que va a viajar fuera con el hijo. Esto es así para evitar un posible riesgo de sustracción de menores. Esto es algo especialmente relevante en los países que no cuentan con una legislación unificada, como son los países extracomunitarios. En estos lugares la recuperación del menor podría complicarse. Del mismo modo, hay que recordar que, si el menor necesita pasaporte, no se expedirá sin el consentimiento de ambos progenitores.
Es evidente que resulta un tema que puede dar lugar a muchos malentendidos familiares y es importante regularlo convenientemente, recogiéndolo siempre que sea posible en el convenio. Cuando ya sea tarde, habrá que dejarlo lo más claro posible.