Desde el comienzo de nuestra vida laboral, debemos tener en cuenta de que siempre cabe la posibilidad de ser despedidos, especialmente en momentos de crisis como estos en los cuales nos encontramos. Si nos encontramos en una situación de despido, vale la pena saber cuándo nos encontramos ante un despido improcedente y cuándo no. Y también conocer cuáles son las acciones con las que trabajar y que podrías llegar a tomar en caso de que eso suceda. Hoy en Peydro4 te lo contamos.
¿Qué es un despido improcedente?
Existen despidos de varios tipos, como el despido procedente, el despido nulo, o el despido por causas objetivas, los cuales puedes consultar aquí. Para diferenciarlos, podemos entender por despido improcedente aquel que sucede cuando las causas que el empresario le imputa al trabajador no se pueden probar debidamente o cuando estas causas no son lo suficientemente graves como para despedir al trabajador; el incumplimiento de las formalidades en el despido también puede ser motivo para considerarlo como despido improcedente, entre estas nos encontramos el no notificar por escrito el despido al trabajador; también el no manifestar de forma expresa los motivos del despido en la carta entregada al trabajador puede considerarse como un despido improcedente.
El artículo 56 de Estatuto de los Trabajadores nos dice cómo proceder en caso de que el despido sea declarado improcedente. En este caso, la empresa deberá readmitir al trabajador bajo las mismas condiciones en que se encontraba antes del despido, o bien recibirá la indemnización correspondiente.
¿Qué hacer en caso de un despido improcedente?
En caso de que te encuentres en la situación de que hayas sufrido un despido que no se encuentre bajo ninguno de los supuestos de un despido objetivo o un despido disciplinario, tienes derecho a interponer una demanda por despido improcedente. Tal y como dijimos en el apartado anterior, se debe impugnar el despido para que se proceda a la readmisión en el mismo puesto de trabajo con las mismas condiciones, o bien a una indemnización, la cual puede ascender hasta 24 mensualidades por año trabajado.
Para interponer la demanda, tienes 20 días hábiles de plazo, y estos comienzan a transcurrir a partir del día siguiente a la notificación del despido al trabajador. Una vez que el despido haya sido declarado improcedente, la empresa podrá optar entre la readmisión o la indemnización correspondiente.
La cuantía de la indemnización por despido es la siguiente: En el caso de los contratos suscritos antes del 12 de febrero del 2012, la indemnización será de 45 días de salario por año, con un máximo de 42 mensualidades; para contratos que hayan sido suscritos en años posteriores, el cálculo será de 33 días por año.
En caso de que la empresa no opte por ninguna de las dos de forma manifiesta, se tomará como una readmisión tácita. Pero, en caso de que haya readmisión, ya sea ésta tácita o expresa, y que el trabajador no haya vuelto a ser readmitido en su puesto de trabajo con las mismas condiciones que tenía antes del despido, entonces se podrá solicitar al juzgado que declare la extinción de la relación laboral y que te paguen tanto los salarios de tramitación como la indemnización correspondiente.
Abogados en Valencia
Como hemos visto, se tiene poco tiempo para actuar en caso de despido improcedente. Por lo tanto, si te encuentras en esta situación, lo mejor es contactar con un Abogado especialista en Derecho Laboral.