¿Te estás preguntando cuáles son los efectos legales de un burofax rehusado? ¿No sabes bien cuáles son estos efectos? Presta atención porque, a continuación, te acercamos todos los detalles que debes conocer al respecto.
Burofax rehusado: cuáles son sus efectos legales
Pues bien, se considera un burofax rehusado a un documento no entregado. Tiene asociado una causa imputable al destinatario por rehusarlo o no retirarlo de la oficina. Por tanto, cuenta a todos los efectos, con la validez de una notificación efectuada. En este sentido, la ley es muy clara: un burofax que no ha sido entregado por ser rehusado o no retirado no conlleva la falta de conocimiento por parte del destinatario. Todo lo contrario: sirve como prueba de que renuncia a ser notificado y, con ello, a recoger la documentación correspondiente.
De este modo, la persona remitente deja clara su voluntad de notificar. Realiza su voluntad a través de los intentos de comunicación. Además, el burofax es una prueba documental. Suele tener asociados acuse de recibo y testimonio de Certificación de Texto. Esto es equivalente a una comunicación notarial.
Por tanto, ante estas situaciones, se considerará que el desconocimiento es responsabilidad de la persona. Esta persona ha rehusado recoger una notificación que tuvo a su alcance. Esto se puede acreditar, como decimos, mediante el acuse de recibo. Se permiten dos intentos de entrega. Siempre se deja un aviso de recogida de la notificación en el buzón. Esto se hace a través de las dependencias que se indiquen más cercanas.
Demostrar que un burofax ha sido rehusado: qué es necesario
Para poder demostrar que el burofax en cuestión ha sido rehusado hace falta el acuse de recibo, como decimos. Es importante siempre guardarlo porque aquí se recogen todos los detalles de las actuaciones realizadas para realizar la entrega. Además, a través del Testimonio Notarial de Certificación de Texto queda acreditado el contenido enviado a notificar.
En definitiva, son pruebas documentales. El remitente podría usar estas pruebas ante un posible proceso posterior. Sirven para demostrar que se intentó realizar la notificación correctamente. No se pudo llevar a cabo por una causa imputable al destinatario.
Consecuencias de rechazar una notificación
Por tanto, queda patente que un burofax rehusado no da ventaja alguna. Todo lo contrario. Un burofax remitido en debida forma que no es recogido por el destinatario se considera entregado. El destinatario nunca podrá alegar desconocimiento. Existen varias opciones para recoger este tipo de notificaciones. La legislación es clara en este sentido. La responsabilidad recae únicamente en la persona que se niega a recoger una notificación. Esta persona tenía la opción de hacerlo.