¿Es posible despedir a un funcionario?
Pues bien, aunque no es fácil, la respuesta es que sí. Hay que tener en cuenta que, en el caso de los funcionarios públicos, no están sometidos a la legislación laboral y de ahí que sea frecuente que surja esta duda.
Causas por las que se puede despedir a un funcionario
Así pues, según se recoge en el artículo 63 del Real Decreto Legislativo 5/2015, de 30 de octubre, los supuestos por los que un sujeto perdería la condición de funcionario de carrera serían los siguientes.
- Por un lado, si renuncia a la condición de funcionario.
- Si la persona pierde la nacionalidad.
- En caso de que ocurra una sanción disciplinaria de separación del servicio de manera firme.
- Si el funcionario se acoge a la jubilación total.
- Si recibe una pena principal o accesoria de inhabilitación absoluta o especial vinculada al ejercicio de su cargo público y cuya sentencia sea firme.
Por lo general, la causa más frecuente es que el funcionario reciba una sanción disciplinaria ya en firme. Este tipo de sanciones están vinculadas a situaciones en las que se ha acosado laboralmente a un tercero, o se ha ejercido un incumplimiento del deber de respecto a la Constitución y/o Estatutos de Autonomía.
También, si se ha hecho discriminación por una cuestión de origen religioso, racial, edad, discapacidad, lugar de nacimiento, sexo, etc. O si ha habido negligencia a la hora de realizar la correcta custodia de secretos oficiales, si se ha producido la violación de la imparcialidad, o se ha torpedeado el ejercicio de las libertades públicas.
¿Qué ocurre con una sanción disciplinaria en firme por estos supuestos?
Cuando hay una sanción disciplinaria en firme por alguno de los supuestos arriba mencionados, el sujeto no podrá volver a ejercer la Función Pública. ¿El motivo? Porque, en la legislación, no se prevé la opción de rehabilitar al funcionario que ha sido separado del servicio, al recibir una sanción de tipo disciplinario.
De este modo, tampoco podrá optar a ningún proceso de selección para volver a entrar en el ejercicio de la función pública. Para poder optar a ellos, se requiere no haber sido apartado antes mediante un expediente disciplinario del servicio de cualquier Administración Pública u órganos de las Comunidades Autónomas. Por lo tanto, si el funcionario recibe una sanción disciplinaria por los supuestos arriba descritos, sí podrá ser despedido.