El concurso express de acreedores es una opción rápida a la que se pueden adherir pequeñas empresas en problemas financieros. Te explicamos qué es y cuándo conviene acogerse.
Qué es el concurso express
El concurso express está contemplado en la última redacción de la Ley Concursal. En esencia, acelera los plazos porque, en un plazo muy rápido, el juez abre, concluye y archiva el concurso sin nombrar administrador concursal, procediendo a la extinción de la empresa y su baja en el Registro Mercantil.
La realidad es que esta modalidad simplifica sustancialmente el proceso del concurso de acreedores. Como no hay activos o estos son claramente insuficientes para cubrir las deudas, una administración concursal suele ser poco viable. Es la empresa la que debe solicitarlo y cuanto antes mejor, una vez que compruebe su situación de insolvencia para afrontar deudas.
Sin embargo, para que se dé esta situación, tienen que concurrir dos circunstancias: falta de masa activa para pagar a acreedores y liquidez para afrontar el proceso concursal. La variante express se aplicará cuando se considere que no tiene sentido un proceso ordinario, aunque, posteriormente, se podrían pedir responsabilidades a los administradores.
¿En qué casos es recomendable el concurso express?
El concurso express es recomendable para empresas y autónomos que quieran acogerse cuanto antes a la Ley de Segunda Oportunidad. Además, el proceso es rápido y barato. Ahora bien, dar este paso solo es recomendable en determinados casos. Son los siguientes:
1. Insolvencia total demostrable y/o falta de activos
La insolvencia total es el principal requisito. Y, para eso, hay que demostrar que careces de líquido y/o activos para responder a las deudas. Esta es una casuística habitual, por ejemplo, en Sociedades Limitadas Unipersonales (S.L.U.), puesto que un autónomo puede trabajar desde su casa o desde una oficina que no le pertenece. En este caso, es habitual optar por este concurso porque no tiene sentido abrir todo el proceso con lo que conlleva. Aquí los acreedores no cobrarán, así que tiene que estar bien demostrado.
2. Concurso express: buena fe
La buena fe es una cuestión principal para que, posteriormente, el juez no reabra actuaciones o pida responsabilidades. Aunque poco habitual, si se aprecian indicios de conducta fraudulenta, sí podría reclamar responsabilidades patrimoniales e incluso penales a los administradores. Aquí es recomendable tener un buen asesoramiento jurídico para ver si esta es la mejor opción, con el historial y facturación del negocio.
3. Empresas zombi
Las empresas zombi son otro de los ejemplos de cuando puede interesar esta fórmula. Son aquellas compañías que se han mantenido sin apenas actividad y que, en un determinado momento, se han sobreendeudado. Esto es posible en algunas sociedades limitadas. En este caso, lo mejor es acogerse al concurso cuanto antes.
4. Quiebra fortuita
La quiebra fortuita es otro de los casos en los que es recomendable. Si hay una situación sobrevenida, como la pandemia del Covid-19, este concurso estaría plenamente justificado. A falta de masa para responder por la deuda, no debería ser especialmente problemático que el juez aceptara esta solución.
5. Empresa sin empleados
Todo concurso de acreedores con empleados de por medio implica una problemática añadida. Por eso, la modalidad express es recomendable si no hay personal contratado como plantilla, incluso si es S.L.U. Esta es la razón principal por la que este modelo sirve, sobre todo, para autónomos o S.L.U. El concurso express es una vía interesante para cerrar una empresa de forma limpia y acceder a la Ley de la Segunda Oportunidad. En Peydro4 abogados te proporcionamos el asesoramiento necesario para entrar en concurso. ¡Contáctanos y te informamos!