La clausula suelo se encuentra en la mayoría de las hipotecas a interés variable. El tipo de interés se compone del Euribor (u otros índices), más un diferencial, el resultado es el interés o rédito que se nos aplica mensualmente en cada cuota. Para evitar las bajadas excesivas (para el banco) del tipo de interés, en casi todas las hipotecas firmadas hasta el año 2013, el banco introducía en la hipoteca un porcentaje mínimo a pagar por el comprador de la vivienda (o cláusula suelo), por mucho que bajase el Euribor por debajo del interés fijado en la hipoteca.