Cuando termina un proceso judicial hay que decidir quién se hace cargo de los gastos que éste ha ocasionado. Esto a veces puede dar lugar a discrepancias. El/la juez debe decidir quién corre con ellas.
En qué consisten las costas judiciales
Pues bien, las costas judiciales también se conocen bajo el nombre de costas procesales y se corresponden con los gastos que se han de abonar, de manera ineludible, durante un proceso judicial.
Así pues, dentro de las costas judiciales encontramos conceptos de pago como los que, a continuación, vamos a detallar. Pueden incluir los honorarios del abogado y del perito, cuando se necesita, y los honorarios a abonar al procurador si se necesita su intervención.
También incluye el importe derivado de las notificaciones judiciales, los documentos, las copias de los documentos, el pago del notario, posibles indemnizaciones a terceros. Así como otro tipo de gasto que se pueda derivar durante el procedimiento judicial. No hay una cuantía fija establecida para las costas judiciales, este montante dependerá de cada caso y de los factores arriba descritos.
Quién abona las costas procesales
En cuanto a los gastos judiciales que se van produciendo, tendrán que ser abonados por cada una de las partes. Será al final del proceso cuando se tenga que decidir sobre el pago de las costas judiciales en cuestión. En el momento en el que se dicta la sentencia final una de las obligaciones que el juez puede imponer es la relativa a abonar estas costas. Esto significa que el juez puede obligar a que la persona que pierde el juicio pague todos los gastos que se hayan derivado a la parte que lo gana.
Además, alguna de las partes implicadas puede solicitar como una de las medidas de condena durante el procedimiento. Una vez resuelta esta cuestión por el/la juez, se pasa a la llamada tasación de costas, y para realizarla, habrá que adjuntar a dicha solicitud las facturas y las minutas de los gastos. De este modo, se informará al juez sobre el importe final de las costas judiciales, que dará traslado a la parte que resulta condenada, que pueda impugnar la medida, tras lo que se decidirá lo que resulte más oportuno.
Las costas judiciales no son una indemnización
Ahora que hemos explicado en qué consisten las costas judiciales, o costas procesales, es importante tener presente que no son lo mismo que una indemnización. Es importante no confundir estos conceptos. En el caso de las indemnizaciones se podrán dar para intentar reparar el daño de un hecho concreto juzgado, a través de la vía económica. Además, las costas judiciales y las indemnizaciones cuentan con una consideración fiscal diferente y es importante no confundirlas en ningún momento.
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